jueves, 9 de junio de 2011

Amado Hermano

Cap. 1

Punto De Vista De Frank


Estaba haciendo un dibujito recostado en mi cama. Un sol sonriente, verde pasto, un cielo azul y una madre de la mano sonriente con su hijo “deberías hacerla mas real, Frankie” me dije, mire el dibujo nuevamente y borronee su rostro poniéndole cuernos y una larga cola como un diablo. En eso, tocan mi puerta.


-pase – grite para que me escuchara sin dejar de colorear
Entraron- Frankie la Srta. Mary nos requiere en el comedor –voltee y era mi amiga
-¿para que? –pregunte guardando mi dibujito en el cajón de mi mesita de luz
-no so lo se, pero por las dudas tú y yo iremos a esperarla en la puerta de la entrada –me sonrió y yo se la devolví
-okay –me baje de mi cama de un saltito y tome su mano para bajar juntos las escaleras


Era muy extraño, muy pocas veces la Srta. Mary tiene algo que decirnos. Esperamos ansiosos por lo que vendría, sabíamos que seria una sorpresa y eso me llena más de emoción.

Esperamos cerca de media hora, todos los demás ya estarán comiendo seguramente, pero yo con tal de saber sea lo que sea que traiga la Srta. Mary, me quedaría ahí sin pestañar.

De repente se abre la puerta y una gran sonrisa salia por mis labios, la cual desapareció y fue cambiada por una expresión totalmente de asombro. La Srta. Mary trajo una sorpresa y valla que nos sorprendió a ambos: era un niño.

De su mano estaba prendido un niño de cabellera negra, su piel era pálida, pero no solo eso fue lo que me fascino, sus ojos, eran de un color que no podría descifrar ni en un millón de años quizás, eran entre olivos y mieles, nos miraba a mi y a mi mejor amiga asustado, escondiéndose detrás de la Srta. Mary, estaba empapado el pobre, sus dientes castañeaban; traía unos pantalones negros sucios y rotos en las rodillas, una camisa del mismo color y arriba como abrigo, el saco de la Srta. Mary.


La Srta. Mary suspiro agotada dejando el paraguas- no sabes el frío que hay afuera –dijo sonriendo
-Srta. ¿Qué…? –no termino la frase cuando ella le respondió
-iba camino a buscar unas cosas para el desayuno de mañana y ¡me encontré con este pequeño bajo aquella tormenta que se desató! –exclamo- no podía dejarlo ahí y menos porque cuidar niños es mi trabajo. Al parecer lo dejaron en la calle al pobre –dijo apenada bajando la mirada hacia el niño, yo seguí su mirada y me di cuenta que él no dejaba de verme con miedo para después bajar la mirada hacia sus zapatillas viejas que chorreaban agua en el delicado piso.- solo he podido sacarle su nombre, él es Gerard.


Yo y mi amiga lo mirábamos como si de un extraterrestre se tratase y eso, creo, que lo asustaba mas, que lo miraran. Ella se acerco antes que yo hacia él y como pude esperar, él se corrió más hacia atrás al borde de las lágrimas.


-no tengas miedo, pequeño –le dijo la Srta. Mary antes de sacarlo suavemente de su escondite- ella es Lindsey, trabaja aquí como muchas otras mujer y ¡te puedo asegurar que es muy agradable! –exclamo alegre- no temas, nadie te ara daño, aquí estas a salvo –le sonrió.


Por su expresión pude notar que entendía un poco de lo que le decía, pero le tomo confianza y se acerco apenas a Linz quedando enfrente de ella inmóvil y temblando. De pronto y sin que pudiese preverlo, ella lo tomo en sus brazos sonriente, él también se asombro y se asusto un poco


-¡por dios! –exclamo- ¡que niño mas adorable y bonito! –le dio un beso en su mejilla, las cuales, se sonrojaron y bajo la vista
-hey, yo pensé que era el niño mas adorable y el mas bonito –dije remarcando el “mas” y fingiendo indignación
-bueno, creo que ahora tienes competencia –sonrió para después acercase a mi y tomarme a mi también con su otro brazo. Pude mirar mas de cerca a ese niño, era tan… no se como explicarlo, yo solo lo miraba y él se escondía en el cuello de Linz
-Linz, querida, quiero que llames a Thomas –le pidió la Sra. Mary
Ella no bajo y sacudió los cabellos del otro niño- enseguida vuelvo –salio al tiro para el comedor
Mis ojos volvieron a ese niño tan extraño, di un paso para acércame y tratar de hablarle, pero el dio uno paso hacia atrás mirando hacia todas partes, era obvio que no me quería cerca asíque me quede en mi lugar triste por no poder hablarle.
La Sra. Mary se nos acerco y se agacho al lado de él- el es Frankie –me señalo- él no te ara daño, será tu amiguito y tú lo protegerás, como hacen los hermanos –el niño levanto la mirada y me miro, entonces me volví a acercar dándole una de mis sonrisas mas tiernas antes de hablarle
-hola –espere su respuesta pero solo recibí una mirada desconfiada- soy Frank y te aseguro que amaras este lugar –no se de donde saque el impulso pero lo abrase, él era mas alto que yo asíque mi cabeza quedo en su pecho, sentí como tembló y pude escuchar un sollozo proveniente de él, lo aleje un poquito y pude ver sus mejillas bañadas en lagrimas- tranquilo –acaricie sus majuelas apartando esas lagrimas- no te are daño –le sonreí, pero al ver que no paraba de llorar, cambie mis palabras- no dejare que te hagan daño –sus lagrimas descendieron y me miro con un poco de asombro, le sonreí y volví a abrazarlo
-aquí esta Sra. –llego Linz- hey Frankie, ya te hiciste un nuevo amigo –sonrió enternecida
-así párese –le sonreí viendo a ese niño de nombre Gerard, el cual me dio una pequeña sonrisa, wow, primer día que esta aquí y ya le saque una sonrisa.
-¿para que me mando a llamar Sra.? –dijo de repente Thomas, un niño de 11 años, que también era mas alto que yo y no hablaba mucho
-como podrás ver –comenzó la Sra.- a llegado otro niño y no tenemos ropa que darle, tú eres mas o menos de su talla, podría quedarle un poco grande pero de todas formas, ¿le prestarías ropa a él? –señalo a Gerard
Thomas miro de pies a cabeza a Gerard, él ante esa mirada se asusto y me rodeo el brazo con los suyos
-claro Sra. –sonrió ampliamente- enseguida lo llevo a mi habitación –se acerco pero Gerard se abrazo repentinamente a mi, me preocupo que estuviera así, pero me pone feliz que me aya abrazado, eso significa que me tiene confianza
-eemm… Sra. –le hable- ¿puedo acompañarlos? –no se porque, pero ese Thomas no me cayo bien y temía por Gerard de algo que aun no logro saber
-no creo que eso sea lo apropiado, Frankie –me sonrió- nosotros iremos al comedor –miro a Thomas- hazme el favor de llevar a Gerard al comedor, a de tener mucha hambre –le sonrió a Gerard
-esta bien Sra. –dijo sonriente Thomas viendo a Gerard esperando que me soltara y fuera con él, yo lo mire desconfiado y me acerque al oído de Gerard
-si algo no esta bien, quiero que grites Gerard y yo vendré corriendo hacia ti –le susurre antes de alejarme un poco y besar una de sus mejillas, él se ruborizo y me fue soltando de a poquito. –No te preocupes –le sonreí –yo te dije que no dejaría que nadie te hiciera daño y pienso cumplir mi palabra –bese su frente y tome la mano de Linz para irnos al comedor, voltee hacia tras, pude ver como Gerard me miraba asustado y Thomas tomo su mano para subir las escaleras.




Punto De Vista De Gerard


No entendía gran parte de sus palabras, pero sentía que ellos eran personitas buenas, por eso decidí que Mary me trajera aquí. No me siento seguro y menos sin Frankie, él me dijo que me protegería y confío en su palabra, pero no podía dejar de sentir miedo, simplemente no podía. Cuando ese niño tomo mi mano para guiarme a no se donde, la solté rápidamente mirando el piso.

-¿Qué sucede? –su voz era dulce pero no podía dejar de temblar con su presencia, era un niño un poco mas alto que yo y eso me asustaba aun mas. No le conteste. No hablaría con nadie porque hace mucho que no lo hago.

Llegamos a su habitación, estaba todo oscuro y yo no podía dejar de ver hacia todos lados, él niño ese se fue hacia un lugar y saco de un coso de madera, el cual, el nombre no recuerdo. Saco ropa y se acerco a mí. Mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y podía verlo con mejor claridad.

-a qui tienes- me paso la ropa y cuando iba a darme la vuelta me detuvo tomando mi brazo, lo mire asustado y él solo sonrió antes de empujarme, mi espalda toco la pared y él estaba demasiado cerca de mi rostro, me tomo por las mejillas se acerco mas.
-¡no me toques! –grite antes de empujarlo con todas mi fuerzas y salir corriendo por los pasillos con lagrimas recorriendo por mis mejillas